La luteína y la zeaxantina, las “vitaminas de los ojos”, crean una barrera natural dentro de la retina.
Filtran la luz azul, fortalecen el tejido macular y ayudan a tus ojos a recuperarse del cansancio diario — incluso después de largas horas frente a una pantalla.
El resultado: enfoque más nítido, colores más vivos y tranquilidad de que tu vista está protegida.