Los gatos que viven en interiores suelen sufrir de aburrimiento y falta de actividad física, lo que puede provocar estrés, comportamientos destructivos y aumento de peso. Los juguetes tradicionales, como las bolas de lana o los plumeros, requieren atención y supervisión constantes, e incluso así, los gatos pierden el interés rápidamente. Sin la estimulación adecuada, los gatos se pierden la experiencia natural de caza que los mantiene activos, alertas y mentalmente ágiles.